Jack murió unos años más tarde, pero cuando intentó entrar en el infierno, el diablo se lo impidió, pues no podía aceptar su alma. El diablo le dijo que volviera por donde había venido y como el camino de regreso era oscuro y con mucho viento, Jack usó un carbón encendido y lo puso en un nabo que iba comiendo, para que no se apagara con el viento. Así, Jack fue condenado a caminar en la oscuridad eternamente. Los irlandeses comenzaron a referirse a esta figura fantasmagórica como "Jack of the Lantern" y luego, simplemente, "Jack O'Lantern."
Y así se convirtió en tradición, en Irlanda, la tradición de ahuecar nabos y poner carbón para iluminar y dar la bienvenida a sus seres queridos. Cuando los irlandeses llegaron a Estados Unidos, descubrieron las calabazas y vieron que estas eran más grandes y fáciles de ahuecar, y las sustituyeron en lugar de los nabos.
Las calabazas, pues, son un recurso muy utilizado en la fiesta de brujas del 31 de octubre, tanto en disfraces como en decoración y detalles temáticos.
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